miércoles, 14 de diciembre de 2011

Reflexion para tango de cuarta en Mi menor

Dos comensales rubios, a bigote almidonado, miraban las uñas escupidas en el parquet. Como no tenían nada mejor que hacer se preguntaban de quien serian, buscando un porque en ese silencio, uno se enajenaba el dedo en el rulo de la oreja, "ya se, para mi que era guitarrista, un guitarrista de tango, seguro que tenia que tocar esta noche para una piba..., no mejor imaginate, para tocar ante cien pibas, en un bar, todas calientes con el, los ojos se ponían en los dedos de el, cuando tocaba hacia este ruido con las uñas y se las termino cortando, acá mismo mira!" El otro que en el relato no había dejado de silbar, una melodía canchera, un tanguito memorial que le venia a la cabeza cada vez que estaba en blanco, de pronto se detuvo, sabes una cosa?  ..."Hoy se cumple un año de que vendí aquel Jean roto a 1 peso!", como pasa el tiempo, y uno se olvida de los recuerdos importantes, importantes como vender un jean usado, sin valor sentimental, usado por otra persona.  Cuando te das cuenta que paso un año, de aquel viejo jean junto a esas monedas, 4 de veinticinco, todas plateadas que caían por mi mano, es hora de tomar decisiones, como ponerse un cartel en la espalda que diga: "no se me ocurrió nada"

Corte final: .chan chan!

lunes, 12 de diciembre de 2011

a donde vamos? en donde estamos?

En la ciudad donde las lineas marcan el ritmo tronador de los cerros invicibles, edificios plateados, cupulas y mas cupulas donde copulan palomas inestables. Ellas se preguntan todo el tiempo algo que no podemos oir.
En el asbesto yace la morada del aguijon, que espera por la mordida fatal. En el vibrar interpretativo, en el telon viejo, en la mermita afectada, imposibilitada de contener sus lagrimas.
Contener la ciudad, donde la ciudad pretende contenerse a si misma con lineas rectas, paralelas, obtusas, oblicuas y enagenadas.

Sentados miramos el pasto. Y seguimos de cerca cada movimiento, porque todo nos interesa, cada palpito de sentido en cada brizna de pasto, cada bostezo, cada nube de harina, cada corcho golpeando el cielo razo, cada insulto, todo es sentido. Y tambien es resignificacion, lo que nos interesa, la risa que rompe la expresion, el gesto inconcluso, imperfecto, pero contenido, como la ciudad, por un sentido.
Un sentido que la ilustra, que la crea, que la vuelve interesante.