viernes, 6 de enero de 2012

Reflexion libre para aplicación personal

Pienso esto.

Situación Tipo.

Un individuo no sabe qué hacer, que producir. No posee una necesidad urgente solo quiere moverse, andar por ahí.

Aparece una oportunidad, la primera. Un trabajo no deseado cae a sus pies, lo toma, frunce el seño, resopla y se alinea la solapa de la camisa, en los ojos mueve las pupilas con indecisión como despreciando la suerte de su destino. Lo toma con la parte final de los dedos, con la lentitud de un antibombas, se relame ludópata, con la espalda sobre la pared, rompe un pliegue, extiende el otro, sobre la cubierta descubre una imagen que le dice; esta puede ser la última oportunidad de verse junto a un sueldo jugoso, exprímalo. Su cerebro envía una ráfaga de liquido que piensa lo que se supone que deben pensar las personas que reciben oportunidades como estas y tienen que tomar decisiones que se alejan de la naturaleza primordial del individuo, y dice; Trabajo no deseado + sueldo jugoso = Esfuerzo x Tiempo perdido + Aparente sensación de éxito =

Su parte emocional del cerebro piensa. No hay resolución exacta, no es con la matemática como se llega a algo. 

Acepta el trabajo. Cree que el dinero puede ser su mejor amigo, por lo tanto le es ciegamente fiel, planea una boda y hasta hace coser un bolsillo especial para que en sus pantalones rija un imperio, quiere con el un paseo por el éxito. Piensa con seguridad que su realidad empieza a cambiar, a transformarse en algo mejor.

Pero. Lo establecido no corre con las mismas leyes que el futuro. Dicen. Quien no. Nada de lo que te digan cómo es va a seguir siendo igual. Por eso.

En la lucha por la arenga de la cultura del trabajo. Bestias sin cabezas se agolpan carnes con carnes por un lugar en la tierra, que como un embudo no hace más que tragarlos inmemorables. Donde solo se adquiere un indeseado reconocimiento a través del merito social, por medio de un esfuerzo avalado consiente de la explotación y la sumisión. Pero en los individuos nada se logra transformar por completo, no existe cambio posible cuando son insatisfechos y subordinados.

El Idealista.










lunes, 2 de enero de 2012

Si elijo creer en algo, creo en lo imposible

A cualquiera lo desvelaría espiar por la hendija de las puertas de lo imposible, de tanto en tanto en silencio, de noche cuando las cadenas de la razón se encuentran desatadas por el sueño. Y los ojos nos llevarían tan lejos, que si nos ponemos a pensar en ese instante fugaz, tratando de captar las imágenes con raciocinio, se acortarían las distancias brutalmente, se suicidarían explotando en electrones de silicio.

Si tuviéramos la llave, dijo alguien que no tiene de sombrero un aprendiz, en cambio el del bolsillo con subordinados le da la mano sucia para que haga con ella el truco del mago, le presta los pies de un changarin y el torso de un poeta para el acto final. Si tuviéramos la llave, dijo alguien que se para sobre las risas y baila sobre el gusto pisoteado, el que junta la sangre de los asientos llena botellas de plástico y las vende en la salida, arrímense, aprovechen; Beban en sabroso vértigo desde la herida su cultura desangrar. Si tuviéramos la llave, repitió alguien que en su pecho no encuentra consuelo mas que para uno, parafraseando a quien derramaba su cabeza sobre un plato sin siquiera aprender a usarlo, quien robo de un silencio tieso las frases de su tumba, quien a su vez la misma mirada había estafado ante los ojos de una canción. Si tuviéramos la llave, cantó la baguala que violo de un soplido al espíritu dentro de un diente de león; no podremos ver más, los ojos amplios quemados de luz, abiertos inminentes.
Cerramos hoy los ojos queriendo capturar en negro, desdibujar la negrura y delinear las imágenes bellas que tocamos con la vista, no sabemos pero la intriga nos captura por siempre, porque las imágenes ya no están allí, se suicidan explotando en electrones de silicio.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Reflexion para tango de cuarta en Mi menor

Dos comensales rubios, a bigote almidonado, miraban las uñas escupidas en el parquet. Como no tenían nada mejor que hacer se preguntaban de quien serian, buscando un porque en ese silencio, uno se enajenaba el dedo en el rulo de la oreja, "ya se, para mi que era guitarrista, un guitarrista de tango, seguro que tenia que tocar esta noche para una piba..., no mejor imaginate, para tocar ante cien pibas, en un bar, todas calientes con el, los ojos se ponían en los dedos de el, cuando tocaba hacia este ruido con las uñas y se las termino cortando, acá mismo mira!" El otro que en el relato no había dejado de silbar, una melodía canchera, un tanguito memorial que le venia a la cabeza cada vez que estaba en blanco, de pronto se detuvo, sabes una cosa?  ..."Hoy se cumple un año de que vendí aquel Jean roto a 1 peso!", como pasa el tiempo, y uno se olvida de los recuerdos importantes, importantes como vender un jean usado, sin valor sentimental, usado por otra persona.  Cuando te das cuenta que paso un año, de aquel viejo jean junto a esas monedas, 4 de veinticinco, todas plateadas que caían por mi mano, es hora de tomar decisiones, como ponerse un cartel en la espalda que diga: "no se me ocurrió nada"

Corte final: .chan chan!

lunes, 12 de diciembre de 2011

a donde vamos? en donde estamos?

En la ciudad donde las lineas marcan el ritmo tronador de los cerros invicibles, edificios plateados, cupulas y mas cupulas donde copulan palomas inestables. Ellas se preguntan todo el tiempo algo que no podemos oir.
En el asbesto yace la morada del aguijon, que espera por la mordida fatal. En el vibrar interpretativo, en el telon viejo, en la mermita afectada, imposibilitada de contener sus lagrimas.
Contener la ciudad, donde la ciudad pretende contenerse a si misma con lineas rectas, paralelas, obtusas, oblicuas y enagenadas.

Sentados miramos el pasto. Y seguimos de cerca cada movimiento, porque todo nos interesa, cada palpito de sentido en cada brizna de pasto, cada bostezo, cada nube de harina, cada corcho golpeando el cielo razo, cada insulto, todo es sentido. Y tambien es resignificacion, lo que nos interesa, la risa que rompe la expresion, el gesto inconcluso, imperfecto, pero contenido, como la ciudad, por un sentido.
Un sentido que la ilustra, que la crea, que la vuelve interesante.

martes, 29 de noviembre de 2011

En La Plata

Entre las paredes blancas de lo del Flaco y un salon clandestino, nos movemos, construyendo peldaño a peldaño el revestimiento de las nuevas producciones que se vienen. Que se nos escapan entre los dedos, ese esqueleto de obra que fabricamos en la imaginacion, en el escritorio, en la servilleta de papel, en el baño, en los sueños.
La intensidad de un cenital de color verde, a veces rojo, nos proyecta haca el imaginario.

lunes, 23 de mayo de 2011

Anotaciones de reporter 2

Imaginese a usted mismo en la situacion de buscar un pequeño objeto como un dedal, imaginese que lo debe hacer dentro de una fabrica de almohadas de plumas y alli cuando pone un pie dentro de esa gran estructura techada ocurre una explosion de napalm. ¿Que logra ver?
Estoy seguro que no vera nada, o nada que no sean plumas sostenidas en el aire.
Esa es mi sensacion como periodista de este grupo, que de por si ya deberian quitarse ese mote, no poseen nada que los unifique a estos muchachos. Caos total seguera impoluta, la lluvia de plumas es todo lo que se.
Escuche en la calle que haran funciones en algun lugar, no se donde. Quizas valla para criticarlos y lograr asi destruirlos y autodestruirme ya que trabajo para ellos. Extrañamente los cheques siguen apareciendo debajo de mi puerta. Tal vez si empardo su ingratitud con agravios dejen de enviarme mi gratificacion, que me corresponden pero que me gustaria precindir.
Soretes uniformes del teatro cualunque son, carnes muertas aplastadas por nenufares grandes como la frustracion de los espectadores que vallan a verlos.

Periodista Imperpetuo.

jueves, 21 de abril de 2011

Anotaciones de reporter 1

Solo esto. Sepan lo difícil que se me hace cada día llevar a cabo la reconstrucción de lo que parece ser un caos interminable y de proporciones interminables. nada más
Dia 26. mi corbata olia a rayos, me la meti en un bolsillo antes de entrar.
El pasillo es húmedo y oscuro, camino sigiloso con mi anotador en la mano, detrás de una puerta veo a uno de ellos, creo reconocer la silueta, estaba por decir algo pero cuando abrí la boca me interrumpió:


- vas a pasar? o te vas quedar mirando?  


Una botella sin etiqueta rodó hacia mi, golpeándome los tobillos. Prometí a mi mismo no perder la calma y pase al cuarto por entre los cables de dos flippers tildados.


- Tomate un trago. dijo
- vengo por nuevo material para el blog del grupo...


El estaba de frente a mi pero me miraba a través de una pecera, así que no reconocía cual de ellos era.

Podemos seguir de donde habíamos quedado, dije, la función en la escuela de Rionegro.


- Claro lo recuerdo, había una profesora que desconfiaba de nosotros, lo podía ver claramente detrás de sus lentes espejados, la mirada de quien confío trágicamente alguna vez. Recuerdo que nuestro guía se la quería levantar, o seducir si quieres que suene bonito, tendrías que haberlo visto intentarlos tan explícitamente adelante de nosotros, era casi horrible.


El se paró para tirarles cenizas de un cigarrillo a los peces que hambrientos la comían.
- Desde que llegue les enseñe a todos a sobrevivir con lo que es brindado por el destino, ves como comen sin titubeos, ellos saben que si apenas piensan en dejar caer una ceniza al fondo, yo lo voy a saber porque nunca dejo de mirarlos. Y de ser así rompería el cristal, simplemente para verlos buscar esa segunda mano del destino que nunca llegara. Por que si algo aprendí muchacho, es que el destino esta para que lo tomes, porque es él quien es libre no tu, no puedes simplemente llamarlo cuando quieras, o mucho peor llamarlo cuando alguna vez le has negado tu servidumbre.

Le pedi con buen animo si podiamos continuar el relato desde el momento de su funcion en Rendon Bravo, pero comenzo a comer un gran alfajor negro. Lo vi pararse con la boca sucia, pero no era uno de ellos, no era un maxi, ni un javier, ni un marcos y ni un fito, era otro maxi, otro javier, otro flaco, otro fito. Ya no era la misma persona. 
Me quede perplejo viendo como se volvia el rostro al que habia visto hacia dias atras, en un segundo.


Cuando sacudía mi flequillo recibí un golpe en la frente con algún objeto que no conozco. Luego gritos en un idioma que no podía percibir me sacaron del lugar. El sol pegaba en la vereda, de pie adelante de mi auto con mi camisa manchada de sangre, sangre azul. Esa persona junto a la pecera había reventado mi lapicera preferida.

Periodista imperpetuo.