Medellin, Colombia. El cartel de Medellin, Pablo Escobar. Nada de eso, fuimos a ver teatro como lo que mas placer nos da. Esa tarde conocimos una serie de grupos teatreros, musicos, artistas ejemplares todos ellos, quienes seriamente se toman el mote de teatreros mucho mas de lo que quisiera tomarmelo yo. Quisa ese dia aprendimos algo de esto.
Fuimos invitados a una funcion y no desaprovechamos.
LaLa la la la la lala lala la la.. sonaron para nosotros los espectadores, las campanas del ritual escenico.
Una presentacion con cafe de por medio y pochoclos salados nos adorno lo suficiente para estar perceptivos y criticos. La funcion a la que fuimos invitados por el Colectivo teatral matacandelas, nos volo la cabellera mas de un largo rato. Salimos de ahi como pocas veces, nos perdimos en la gran ciudad atestada de negocios insurgentes, que ofrecian delicias que para nosotros era imposible por nuestra realidad de valientes actores sin un mango. Con la ayuda de unas mujeres, un policia y la intuicion positiva de maxi dimos con el metro. Joya suspire, dormiremos esta noche!
Esa noche paramos en la comunidad del solar, donde coordialmente nos invitaron al llegar con un rico anis, o algo parecido. La cuestion era brindarles nuestro espectaculo el dia siguiente a cambio de hospedaje por dos noches.
Dormimos como pollitos 3 horas y a la salida del sol volvimos al metro. Ese metro que te cuida tirandote consejos desde altaparlantes como: ten buena cara el dia de hoy, no sabes lo que puede prararte el destino!
En rionegro nos presentamos en una escuela a las 8 de la mañana, sin comer un pan siquiera dimos una funcion para 460 pibes. Agradecidos por tanto nos fuimos, claro con nuestro botin. Ahora si pudimos comer.
Que bueno que les gusto medellin, y que disfrutaron de su viaje por aqui, me alegra por que en Rionegro a mi me alegraron el rato.
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