Y en la deriva nuestros viajeros encontraron donde pisar firmes, una costa extraña llamada La Troncal.
Dejamos las uñas largas, nuestro pelaje ardido y las colas de ratón en el pasado.
Pronto volvimos a la normalidad, aunque aturdidos por la falta de moneda nos supimos pechear con la realidad venturosa que se nos ofrecía.
Como un misteriosos suceso nos vimos nuevamente ante un colchón donde dormir, aunque desconfiando de esta realidad algunos de ellos durmieron el suelo esas noches, esos colchones, alimento concreto, dispersión burguesa, esas fueron los condimentos regenerativos de esta estadía, donde cosecharon 5 funciones hermosas con aires experimentales y furtivos. "La necesidad nos volvió directores, escenógrafos, dramaturgos, vestuaristas por la simple supresión de esos elementos, así nos transformamos en generadores de teatro, los 4 funcionamos como una maquina teatral donde el colectivo de la imaginación y la experimentación es el eje que nos mueve y nos dirige sosteniéndonos iguales ante todo"
En el horizonte pequeño ya nos llamaba la bella Colombia, donde nos esperaba un colectivo de artistas dispuestos a dispararnos en la cien con su espectacular forma de vivir.
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